Día a día el estrés se acumula en nuestro cuerpo, un sinfín de emociones se explayan, el exceso de sol daña nuestra piel, la mala alimentación nos afecta y el tener un ritmo de vida insano afectan nuestra salud, y todo esto recae sobre nuestro rostro, haciéndonos notar esos rasgos faciales que muestran nuestro envejecimiento natural, que son marcados con líneas de expresión, arrugas, manchas y flacidez en el rostro.
Los siguientes ejercicios de yoga nos ayudarán a relajar nuestro rostro y hacerlo más saludable, combinando técnicas de respiración, meditación y posturas, pero sobretodo, aplicando los principios del yoga con los músculos del rostro. Con estos ejercicios podrás disolver la tensión en tu rostro haciendo que tus rasgos faciales se moldeen, eliminando marcas en tu piel y liberando tus bellos gestos cotidianos. Lo que se provoca al hacer estos ejercicios es que los músculos de tu rostro mejoran la hidratación, la circulación sanguínea y la regeneración celular facial.
Aplicaremos la yoga facial con los siguientes 10 pasos:
1. Calentamiento:
Realiza círculos suaves con el cuello, al subir la cabeza debes inhalar, y al bajarla debes exhalar; realiza 10 círculos hacia la derecha y después 10 círculos hacia la izquierda. Con este ejercicio relajarás tu cuello, tu cara y tu mandíbula.
2. Relaja ojos y frente:
Con los ojos cerrados respiras suavemente y después los abres lentamente. Sin hacer ningún gesto ni mover la frente, mueve los ojos (imaginando un reloj) hacia las 12, luego a las 3, después a las 6, a las 9 y por último a las 12, repite este giro 10 veces, y después hazlo en el sentido contrario otras 10 veces. Con este ejercicio hidratarás los ojos y relajarás tu frente. Este ejercicio es ideal para aquellos quienes pasan mucho tiempo frente a la computadora.
3. Suaviza mejillas y labios:
Llena de aire tus mejillas y transfiere ese aire de un lado a otro, al menos 5 veces o hasta que el aire salga. Haz este ejercicio 4 veces. Relajarás tu mandíbula, ya que ésta conserva mucha tensión y suavizarás tu expresión.
4. Destensa cuello y mandíbula:
Relaja tu cabeza y mira hacia el techo, afloja tus hombros y tu cuello; presiona la punta de la lengua en el paladar, y mientras lo haces, tragas saliva; después gira la cabeza ligeramente a tragando saliva, en seguida haces lo mismo con el lado contrario repitiéndolo 4 veces. Con este ejercicio fortalecerás los músculos del cuello y relajarás los músculos faciales.
5. Descansa frente y ojos:
Abre los ojos tanto como puedas, pero sin arrugar en entrecejo y/o la frente. Durante 10 segundos enfocarás la vista en un punto. Repite esto 5 veces y harás que tus músculos oculares se fortalezcan, descansarás la mirada, le darás brillo a los ojos y reducirás la tensión de tu frente y entrecejo.
6. Canta:
La mano derecha colócala sobre el pecho y la mano izquierda sobre la coronilla. Cierra los ojos, abre la boca, inhala por la nariz y al momento de exhalar, canta “aaaaah”. Repite este ejercicio 5 veces. Al emitir el sonido de “aaaaah” emites una vibración en el pecho que abre el corazón. Con este ejercicio conectarás tu ser y relajarás tu rostro dándole una sensación de bienestar y salud.
7. Afloja la mandíbula:
Relaja tu mandíbula y abre la boca, dejando que la punta de tu lengua descanse detrás de los dientes inferiores. Relaja tu cara. Siente tu respiración. Coloca las yemas de tus dedos (sin presionar) en la parte inferior de la mandíbula. Con este ejercicio ayudarás a liberar la tensión de la zona y mejorarás la circulación sanguínea de toda tu cara.
8. Desintoxica el rostro:
Inhala profundamente por la nariz, con tus manos haz puños y aprieta todos tus músculos faciales, después, al mismo tiempo que abres la boca, saca la lengua, mueve los ojos hacia arriba y abres las manos. Repítelo 3 veces. Con este ejercicio estimularás la circulación sanguínea de tu rostro.
9. Medita:
Haz un puño con la mano izquierda y lo envuelves con la derecha, con los dos pulgares juntos; cierra los ojos e inhala por la nariz, exhala por la boca lentamente y haz que la respiración llegue a los dos dedos pulgares. Repítelo por 3 minutos. Con este ejercicio suavizarás la expresión de tu rostro y harás que tu mente se relaje.
10. Sonríe:
Respira lentamente con los ojos cerrados; imagina algo bello o recuerda algún momento ameno, lentamente eleva las comisuras de tus labios hacia las orejas. Al sonreír, hacemos que los gestos a la larga se conviertan en líneas de expresión marcadas en el rostro. Con este ejercicio liberarás la tensión en tus mejillas y aprenderás a sonreír sinceramente y relajada, evitando la aparición de líneas de expresión en el rostro.
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